miércoles, 25 de octubre de 2017

EN OTRO TIEMPO

En otro tiempo

Soma Morgenstern

Traducción de Teresa Ruiz Rosas
Minúscula
Barcelona, 2005
590 páginas
30 euros


El viaje de la memoria



Criado en la tradición judía ortodoxa, que aparece en este libro en contadas gotas pues su contenido es mucho más universal que eso, Soma Morgnestern se educó en la erudicción de la existencia, de la literatura y el arte, con inquietudes críticas hacia todo lo que le rodea. Sería, si la expresión no se hubiera vaciado de tanto uso vulgar, eso que se conoce como un alma libre. Aprendió numerosos idiomas a lo largo de su vida, desde el yiddisch al inglés, pues terminó viviendo exiliado en Estados Unidos, si bien escogió el alemán como lengua de referencia literaria. De hecho, con la mayoría de sus amistades dentro del mundo literario se entendía en este idioma: Stefan Zweig, Robert Musil, Hermann Broch o Joseph Roth. Y es precisamente a este autor, Joseph Roth, al que le dedicó uno de sus libros de memorias, Huida y fin de Joseph Roth, uno de los mejores textos sobre la lealtad de un amigo que se han escrito jamás. En España, de su extensa obra se ha publicado, hasta la fecha, este libro y el que dedicó al compositor Alban Berg –Alban Berg y sus ídolos-, otro magnífico documento sobre la amistad. Afortunadamente, su obra se va recuperando y reeditándose en alemán. Esperemos que las editoriales que hasta la fecha le han publicado en castellano no renuncien a esta iniciativa.
En otro tiempo es un ejercicio memorístico que se lee como un viaje. Un anciano que no ha aprendido a envejecer, lo cual le complica y facilita el seguir viviendo, nos lleva de la mano a su Galitzia de la infancia y adolescencia. El volumen se divide en dos partes. En la primera Morgenstern nos lleva de la mano a su mundo rural, mostrándonos su amor por el recuerdo de lo popular y la especial relación que existía en ese otro tiempo, en ese recodo escondido del planeta, con asuntos como la muerte, la fe, el paso del tiempo, la ira, la injusticia, el sexo inocente, la rebelión, lo social o el propio cuerpo. Cada capítulo tiene un tema central referido al aprendizaje. En la segunda parte, este narrador que ha observado tanto se centra más en las personas que le acompañaron durante los años de instituto, en los caracteres que contribuyeron a la construcción de su personalidad cuando se separó de su familia, es decir, en el análisis humano.
Escrito al dictado, en capítulos independientes que luego tendría que ordenar, olvidándose de la erudicción para transformar su vida en un relato, consciente de que ha pasado el tiempo y que no renuncia a lo que la suerte de la vida ha hecho de él, Morgenstern nos habla de los mejores tiempos sin recurrir a esa clase de rencor que es la nostalgia. Y se agradece.

Fuente: Tribuna/Culturas

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